Pues como dato interesante, hoy se cumplen exactamente 200 años (dos siglos) de la publicación de una serie de cuentos recopilados por estos dos fantásticos hermanos. Jacob y Wilhelm Grimm nacieron en Alemania y como buen propósito decidieron recopilar una gran colección de historias de adultos que fueron oyendo en boca de distintos amigos y conocidos para más tarde transformarlos en unos cuentos infantiles que darían la vuelta al mundo.
Al principio mucha gente pensó que sus adaptaciones eran un tanto groseras para los niños como es el caso de la madrastra que ansía matar a su hijastra por ser mucho más bella que ella, la madre que abandona a sus hijos en el bosque por no poder alimentarlos, o el lobo que engulle a una anciana y a su nieta. En cierto modo lo que pretendieron fue sacar una especie de moraleja de cada uno de sus cuentos, o sobretodo crear unas historias tan fantásticas y bonitas que hicieran soñar tanto a niños como a adultos, porque eso sí, todos los cuentos tenían un final feliz.
Son muchas las teorías que se cuentan de cómo recopilaron tantos cuentos los dos hermanos y de cómo tuvieron que excluir ciertas escenas aludidas al sufrimiento, el sexo y la crueldad, pero lo cierto es que esos cuentos han sido los que han perdurado durante dos siglos siendo objeto de la enseñanza, de la infancia, etcétera, y basta con mencionar a los más famosos de los cuáles bastantes fueron adaptados a la gran pantalla de manos de la compañía Walt Disney: Blancanieves, La Cenicienta, La Bella Durmiente, El gato con botas, Rapunzel, Hansel y Gretel...
Y siguiendo con una larga lista espero que estos cuentos sigan vigentes durante unos cuantos siglos más, y que los pequeños los sigan escuchando para que imaginen ese mundo mágico repleto de castillos, hadas, madrastras, animales parlantes y dragones que un día nos hicieron soñar a nosotros.
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